Siento que lo que publico hoy es toda una novedad puesto que trae consigo una nueva sección que gira en torno a una de las cosas que más adoro hacer en esta vida: descubrir nuevos lugares. Y es que, de vez en cuando, mi familia decide ir en busca de pueblos y ciudades que no habíamos visitado antes, conocer nuevos lugares y perdernos entre lo desconocido. En Discovering trataré de trasladaros a mis rincones favoritos del lugar y mostraros una pequeña idea de su belleza.
Y con Gerona (Girona, para los catalanes) inauguro dicha sección. Es curioso que lleve casi toda la vida viviendo a una mísera hora de esta ciudad y nunca antes me haya decidido a visitarla. Como ciudad: nada nuevo. Pero en el momento que te adentras en su casco antiguo sientes que te evades a otra época. Es increíble como sus construcciones mantienen la esencia románica: eres capaz de imaginar mil batallas entre sus murallas, recrear romances en sus jardines, conocer el pasado de otras culturas en sus baños árabes o entre las calles del barrio judío. Unas vistas de ensueño y unos pasajes que recuerdan a Florencia. Su río, sus colores, sus sonidos... Parecía sonar música en cada rincón, artistas de la calle y un ambiente que emanaba tranquilidad y pureza. ¡Qué gran descubrimiento Gerona! La recorrería cien veces más y me perdería en ella con un libro entre las manos.
Os dejo con un pequeño repaso fotográfico en que os enseño, como ya he dicho, algunos de mis rincones favoritos de la ciudad. ¡Espero que os guste!
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